
Arquitecto | Anthemios von Trallos, Isidoros von Milet |
Proyectista | - |
Fotógrafo | Dirk Reinartz |
Ubicación del proyecto | Istanbul |
Erigida como símbolo del poder y esplendor del imperio bizantino por orden de Justiniano I en 532 d. J.C. tras la victoria obtenida contra la sublevación Niké, la Santa Sofía fue no solamente símbolo de poderío político, sino estaba prevista además para poner en escena y demostrar el derecho del emperador a ser el representante de Dios en la tierra.
Concebida como basílica con cúpula, la Santa Sofía posee una gran nave central, dos naves adyacentes (norte y sur) así como dos nártexes en el lado occidental. Pero no es tanto la forma arquitectónica básica, sino más bien el tamaño y el ingenio plasmado en su construcción, lo que convierten esta basílica en algo único en el mundo. El punto arquitectónico culminante, en el más pleno sentido de la palabra, es la inmensa cúpula central.
Con un diámetro de 33 m y una altura de 56 m sobre el suelo, es una cúpula de dimensiones monumentales. Pero no tiene ningún efecto aplastante, más bien aparenta estar flotando 'como suspendida del cielo por una cadena de oro' (Prokopios). A las paredes internas horadadas y sus delicadas columnas de mármol les corresponde meramente un papel de segundo orden en lo que a la estabilidad se refiere. La mirada, que se pasea buscando los detalles, se va perdiendo en un mar de luces en el cual se deshacen todas las magnitudes.
El mosaico, que aparece en el ábside, representa a la Madre de Dios con el niño Jesús como símbolo de la Encarnación. Al lado de las cornisas se encuentran dos proyectores Eclipse para lámparas halógenas de bajo voltaje, los que se encargan de la iluminación acentuadora de esta obra maestra del arte bizantino.
La desmaterialización se logra mediante un aumento paulatino de la luz en dirección hacia la cúpula. Partiendo desde los oscuros recintos envolventes, pasando por los lúcidos coros y atravesando las ventanas resplandecientes de los muros frontales, esa luz halla su culminación en la mismísima cúpula. Los preciosos mosaicos dorados, situados en las alas laterales, resaltan entre el oscuro entorno mediante unos Uplights montados en raíles electrificados Hi-trac.
Las cuarenta ventanas que ocupan la base de la cúpula dan paso a una amplia perspectiva y convierten esta masa aparentemente enorme en un espacio lumionoso flotante. Los mosaicos dorados hacen vibrar la luz, y crean una transición de ella hacia los paneles pulidos y las columnas de mármol, dónde la misma es absorbida o reflejada. Siempre y cuando el montaje en pared era posible, la iluminación de los mosaicos se efectuó mediante Trion Uplights.
Los jarrones de mármol a ambos lados de la puerta imperial, con una cabida de 1200 l cada uno, se los debemos al Sultán Murad III. Los mismos son utilizados por los creyentes musulmanes para sus abluciones. Dos proyectores Eclipse para cada uno de ellos, ubicados en las galerías superiores, enfatizan la plasticidad de estos vasos.
Los conocimientos que poseían los constructores bizantinos Isidoro de Mileto y Antemio de Tralles sobre el uso de la luz natural como elemento esencial de construcción, resultó en que la Santa Sofía se convirtiera en una de las más grandes obras de la historia de la arquitectura. La asistencia acentuadora, pero moderada, que presta la luz artificial, contribuye a un realce adicional de esta intensidad y belleza que son únicas en su género.
Los proyectores Eclipse para lámparas halógenas de bajo voltaje crean unas acentuaciones luminosas brillantes y garantizan una reproducción óptima de los colores, p.ej. en el Cristo notablemente expresivo y multicolor, que es considerado como uno de los últimos mosaicos más sobresalientes del arte bizantino posterior.
Museo Santa Sofía
Sultanahmet 34400
Istanbul, Turquía
Tel.: +90 212 5221750
Fax: +90 212 5125474
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