La fábrica Ölmühle an der Havel ha inaugurado recientemente un nuevo establecimiento en el barrio berlinés de Kreuzberg. La empresa familiar, especializada en la producción de aceites de mesa de alta calidad, apuesta por la calidad natural. Bajo la luz precisa de los proyectores Optec de ERCO, los matices cromáticos de los aceites transparentes despliegan todo su efecto.
«Las cosas especiales requieren una escenificación especial», afirma Frank Besinger, quien hace tres años fundó la fábrica Ölmühle junto con su esposa Sabine Stempfhuber. Los nuevos locales de producción y venta de la fábrica se ubican en el entresuelo de un edificio originario de mediados del siglo XIX, situado en la calle Bergmannstraße. Transmiten una impresión de luminosidad y amplitud, y al mismo tiempo irradian serenidad y recogimiento. Al entrar, la mirada se dirige inmediatamente a las botellas, los vasos y los frascos primorosamente alineados y elegantemente etiquetados que ocupan las estanterías altas a lo largo de las paredes. Un sutil aroma de flores y hierbas flota en el ambiente. Junto a los aceites de mesa, el surtido se completa con tés y especias selectos.