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Entorno técnico

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Adaptación (ojo): Adaptación a diferentes condiciones lumínicas

Adaptación (ojo): la pupila regula el caudal de luz que entra en el ojo.

La adaptación es la capacidad del ojo para ajustarse a diferentes luminancias. La adaptación se produce cuando la pupila se dilata o se contrae para adaptarse a la luz en el momento que pasamos de un entorno luminoso a uno oscuro, y viceversa. En este proceso de adaptación intervienen principalmente dos fotorreceptores que se encuentran en la retina. Estos receptores son los , que reaccionan en la oscuridad, es decir, cuando se produce la visión nocturna (visión escotópica), y los conos, que permiten la visión diurna (visión fotópica); ambos receptores intervienen en la transición a la visión crepuscular (visión mesópica).

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Acerca de la adaptación

¿Qué es la adaptación del ojo?

Una de las facultades más extraordinarias del ojo es su capacidad de adaptarse a los cambios en los niveles de luminosidad. Este proceso se denomina adaptación. Los seres humanos percibimos nuestro entorno tanto a la luz de la luna como a la luz del sol, aunque la iluminancia difiera en un factor de 105. La eficacia del ojo se extiende incluso a una franja más amplia; es capaz de percibir una estrella que apenas brille en el cielo nocturno, aunque ésta solo alcanza en el ojo una iluminancia de 10–12lx.

Adaptación de la luz a la oscuridad

Cuando entramos en un espacio oscuro, el ojo necesita un tiempo de adaptación, ya que no puede asimilar todas las luminancias visibles a la vez, sino que solo se adapta a escalas de luminosidad limitadas. Cuando pasamos de un espacio exterior a uno interior, por ejemplo, a una exposición que, por cuestiones de conservación, tenga que realizarse con niveles de iluminación más bajos, es aconsejable tener en cuenta este tiempo de adaptación y habilitar espacios intermedios donde vaya disminuyendo la luminosidad. Una vez que el ojo se haya adaptado a un entorno más oscuro, incluso puede bastar una iluminación de baja intensidad para transmitir la sensación de luminosidad.

Adaptación de la oscuridad a la luz

La adaptación del ojo a un entorno más luminoso se produce con mucha mayor rapidez que la adaptación a la oscuridad. Por lo tanto, salir de un espacio interior oscuro a un espacio exterior donde la luz solar sea intensa, no es tan crítico como salir de un espacio interior iluminado a un entorno nocturno. En este caso, la pupila apenas interviene en el proceso de adaptación a la luminosidad, en comparación con los receptores.

El gráfico muestra la adaptación del ojo a la luz intensa y a la luz escasa.

Si la luz deslumbra, el diámetro de la pupila se contrae. En entornos oscuros, la pupila se dilata para permitir que llegue a la retina la mayor cantidad de luz posible.

¿Por qué es más rápida la adaptación a la luz que la adaptación a la oscuridad?

Todos hemos experimentado alguna vez este fenómeno. Cuando pasamos de un entorno oscuro a uno luminoso, los ojos se «acostumbran» a la luminosidad con mucha mayor rapidez que cuando pasamos de un entorno luminoso a uno oscuro. Cuando se produce la adaptación de la luz a la oscuridad, denominada a menudo simplemente adaptación a la oscuridad, la visión de cono deja paso a la visión de bastones, y la pupila se dilata para permitir que entre la mayor cantidad posible de luz en el ojo. La rodopsina se sintetiza en los bastones para enviar al cerebro los estímulos luminosos que el ojo recibe. Este pigmento también se denomina coloquialmente púrpura visual. El ojo puede tardar hasta 30 minutos en adaptarse a un entorno oscuro.
Los conos se relajan, lo que produce una disminución de la agudeza visual y de la percepción del color a medida que va aumentando la oscuridad.

Un dato interesante:

las intensidades lumínicas demasiado elevadas pueden provocar de vez en cuando una sobreestimulación de nuestros receptores. Las personas afectadas quedan deslumbradas y, a menudo, tienen que apartar la vista.

El gráfico muestra el tiempo de adaptación del ojo a la oscuridad.

Tiempo de adaptación del ojo a la oscuridad.

Es bueno saberlo:

la adaptación a la luz, es decir, la adaptación a entornos bien iluminados, se produce en cuestión de segundos. En cambio, la adaptación a la oscuridad es un proceso lento, y pueden pasar 30 minutos hasta que el ojo se haya adaptado a la oscuridad.

¿Qué es la adaptación cromática?

Se denomina adaptación cromática al balance de blancos que se produce en el ojo. Lo más importante en el proceso de adaptación es la modificación de la temperatura de color. Los receptores de nuestros ojos son capaces de corregir los desplazamientos espectrales de la luz, por ejemplo, al entrar de un espacio exterior a uno interior iluminado con luz artificial. El efecto cromático de un objeto, por ejemplo, de una hoja de papel blanca, permanece inalterado gracias a este proceso.

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