El estudio de arquitectura JPW, con sede en Sídney, ganó en 2013 un concurso internacional de diseño para la primera fase del desarrollo del recinto. Durante la década siguiente, el director de proyectos de JPW, Matthew Howard, lideró la colaboración de la empresa con el Ayuntamiento de Parramatta y Walker Corporation para perfeccionar y ejecutar el plan maestro del recinto e integrar la infraestructura de transporte público, los espacios públicos, los edificios cívicos y los lugares de trabajo para redefinir el corazón cívico del Gran Sídney.
La clave para hacer realidad la visión arquitectónica fue la implementación de un concepto de iluminación que no se contentara con aportar luz en un sentido convencional, sino que contribuyera a definir la propia identidad del recinto. Michel Goupy, director de LightStudioMG, explicó que la tarea de su empresa no se limitaba a la iluminación funcional, sino que consistía en traducir la narrativa arquitectónica a un lenguaje de luz con un diseño adecuado: «Eficaz tanto de día como de noche, la iluminación debía crear jerarquía visual, iluminancia vertical, la percepción de la luminosidad y la acentuación del arte público». El objetivo no era meramente técnico. El diseño de la iluminación se concibió como una herramienta para crear ambiente guiando a las personas a través del amplio recinto, reforzando su carácter y haciendo que su trazado complejo se pudiera interpretar de forma intuitiva.