Entrevista con Miriam Elwing, directora de proyectos y arquitectura (Museu de Arte de São Paulo Assis Chateaubriand)
El proyecto del MASP supuso un doble reto: adaptar un edificio ya existente y, al mismo tiempo, crear un museo. En su condición de arquitecta, ¿cómo afrontó conceptualmente esta transformación?
La Avenida Paulista, inaugurada a finales del siglo XIX, estaba ocupada originalmente por mansiones pertenecientes a la élite cafetera, y a partir de la década de 1950 evolucionó hacia un uso residencial y de servicios verticales. En los últimos años, esta avenida ha consolidado su vocación cultural y de ocio, y para ello ha reunido siete instituciones culturales y un uso exclusivamente peatonal los domingos.
La ampliación del museo con la transformación del edificio residencial Dumont Adams en el nuevo edificio Pietro del MASP conectado al edificio original por un pasaje subterráneo, está en consonancia con los nuevos usos de la Avenida Paulista y sus alrededores.
La adaptación fue todo un desafío, ya que el edificio original tenía losas de techo bajo, una circulación vertical situada justo en el centro de las plantas y una estructura con capacidad de carga para uso residencial y no institucional.
¿Cuáles fueron los principales escollos que surgieron en este proceso?
El principal fue, sin duda, la concepción de un edificio que fuera la ampliación de la emblemática sede diseñada por la arquitecta Lina Bo Bardi, con el fin de establecer un diálogo respetuoso con la arquitectura original.
Partiendo de esta intención original del proyecto, se plantea el reto técnico de modificar el centro de gravedad de la estructura desplazando el núcleo desde el centro al lateral del edificio.
Y, por último, hubo que ejecutar el túnel de interconexión entre los edificios bajo la acera de la Avenida Paulista sin interrumpir el flujo peatonal y causando las menores molestias posibles.
En cuanto a la iluminación, ¿qué requisitos específicos se definieron desde el principio? ¿Qué atmósfera o qué condiciones visuales se buscaba crear en los diferentes entornos?
Queríamos encontrar una solución con la máxima flexibilidad en cuanto a los recursos. Aspiramos a instalar un conjunto de luminarias capaces de ofrecer diferentes efectos a partir de los cambios de lentes, y también teníamos como premisa la robustez, el manejo sencillo y la larga vida útil de los equipos.
¿Cómo describiría la luz en el nuevo espacio del museo? ¿Qué sensaciones o experiencias pretende despertar en el visitante?
El objetivo es que la luz permita ver las obras con la mayor fidelidad posible en la percepción del color y la textura, con una buena distribución luminosa sobre cada objeto expuesto, sin variaciones ni zonas de sombra. Además, el espacio de la galería debe estar iluminado de forma agradable a fin de ofrecer un entorno propicio para el disfrute de las obras. Esto es el resultado de combinar un proyecto de iluminación muy bien diseñado para cada exposición con el uso de luminarias de calidad excelente.